12 mar 2010

Educación y clase política

Hay un dicho bien claramente comprensible que dice que 'se cree el ladrón que todos son de su condición'. Pues bien, ¿a qué viene esto? Pues claramente a las últimas ideas de nuestro Gran Conseller d'Educació Ernest Maragall, el cual ha contratado a una macroempresa de nueva creación, la responsabilidad de evaluar tanto al centro como al profesorado en sí. Una empresa que según oí esta mañana en los medios radiofónicos, estaban acabando de constituir sus estatutos.

Mucho tiempo lleva sonando el hecho que se va a seguir (y parece que perseguir) al profesorado para ver cuál es su rendimiento, profesionalidad, y no sé cuántas cosas más nos van a buscar. Y ahora sale a la luz pública que dicho examen lo va a hacer una empresa de nueva creación. ¿Quién está detrás de todo ello? ¿No será que está detrás de todo ello para crearse un chanchullo más cuando este Glorioso Tripartito, salte y lleguen los siguientes?

Bueno, el caso que me siento indignado por todas las cosas que veo como profesor sustituto al cual no han llamado en ninguna ocasión este año a pesar de llevar dos años ya en la bolsa de sustituciones y el cual no tendrá más remedio que irse a buscar las habichuelos a la docencia pública debido a la ineptitud de esta clase política que nos tienen hasta los mismísimos.

Un Francesc Baltasar (Medi Ambient i Habitatge) del que no tengo palabras para describir la eficacia en abordar una crisis de agua y vete tú como se ha salido bien parado (a esto lo llamo yo tener suerte), un inútil Saura que no sale de una para meterse en otra, un fürercito -como le llamaría el venezolano- Maragall que trata de destrozar a base de decretazos la educación en Cataluña. Y todo encabezado y permitido por el mudito Montilla, que aguanta ahí los embites del toro salvaje tratando de no caer antes de tiempo.

¡Qué pena me dan todos estos personajes!

El caso es que mientras estén los que están, la Educación seguirá siendo tan patética como venía siendo años atrás, y terminarán por encarar el barco hacia un punto donde costará años y años sacarlo de ahí, claro está, siempre que alguno de esta clase política se lo tome en serio lo de servir al país que les vota (que tambien aquí entraríamos en otra seria cuestión).

En vista de como anda el patio, y saltándome mi ateísmo convencido: 'qué Dios nos pille confesaos'.

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