4 feb 2010

Dolores compartidos

Trato de abrazarte mientras tus llantos atenazan mis entrañas. Unos llantos que te exprimen, unos llantos que sodomizan a tus padres. Qué difícil es sentirse buen padre cuando oyes a tu bebé llorar, cuando te sientes impotente para calmarle ese invisible dolor. Un dolor que para nada se diluye en él sino que te traspasa el alma mediante su punzante angustia.

Y no sabes hasta cuándo se harán presentes esos malditos cólicos. Marcan tres meses y sólo una solución inoperante que te arrastra a pensar si la fecha también será falsa. Sólo queda esperar que bien sea cierta, que bien se adelante.

Mientras tanto, lo único que nos queda es llorar contigo, Pol, deseando traspasarnos tu dolor a nuestro más magullado rostro.

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